ODS 2
HAMBRE CERO
¿EN QUÉ CONSISTE?
La razón de existencia de este ODS es poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible.
HISTORIA
Tras décadas de una disminución constante, el número de personas que padecen hambre (medido por la prevalencia de desnutrición) comenzó a aumentar lentamente de nuevo en 2015. Las estimaciones actuales indican que cerca de 690 millones de personas en el mundo padecen hambre, es decir, el 8,9 por ciento de la población mundial, lo que supone un aumento de unos 10 millones de personas en un año y de unos 60 millones en cinco años.
El mundo no está bien encaminado para alcanzar el objetivo de hambre cero para 2030. Si continúan las tendencias recientes, el número de personas afectadas por el hambre superará los 840 millones de personas para el citado año.
Según el Programa Mundial de Alimentos, alrededor de 135 millones de personas padecen hambre severa, debido principalmente a los conflictos causados por los seres humanos, el cambio climático y las recesiones económicas.
COVID-19
La pandemia de COVID-19 podría duplicar ahora esa cifra y sumar unos 130 millones de personas más que estarían en riesgo de padecer hambre severa a finales de 2020.
Con más de 250 millones de personas que podrían encontrarse al borde de la hambruna, es necesario actuar rápidamente para proporcionar alimentos y ayuda humanitaria a las regiones que corren más riesgos.
Al mismo tiempo, es necesario llevar a cabo un cambio profundo en el sistema agroalimentario mundial si se quiere alimentar a más de 820 millones de personas que padecen hambre y a los 2000 millones de personas más que vivirán en el mundo en 2050. El aumento de la productividad agrícola y la producción alimentaria sostenible son cruciales para ayudar a aliviar los riesgos del hambre.
El programa de ayuda alimentaria del Programa Mundial de Alimentos proporciona un sustento vital a 87 millones de personas vulnerables en todo el mundo. Su análisis de las implicaciones económicas y relativas a la seguridad alimentaria de la pandemia destaca el posible efecto de la COVID-19 sobre las personas más pobres del mundo.
En vista de los efectos de la pandemia sobre el sector agroalimentario, se necesitan medidas urgentes para garantizar que las cadenas de suministro alimentario se mantengan en funcionamiento con el fin de mitigar el riesgo de grandes perturbaciones que puedan afectar de manera considerable a todo el mundo, en especial a las personas pobres y más vulnerables.
¿CÓMO AYUDAR?
La Organización para la Alimentación y la Agricultura insta a los países a que realicen lo siguiente:
1. Satisfacer las necesidades alimentarias inmediatas de sus poblaciones vulnerables.
2. Estimular los programas de protección social.
3. Mantener el comercio mundial de alimentos.
4. Mantener en funcionamiento los engranajes de las cadenas de suministro nacionales.
5. Apoyar la capacidad de los pequeños productores para aumentar la producción de alimentos.
El Plan Mundial de Respuesta Humanitaria de las Naciones Unidas presenta los pasos que hay que tomar para luchar contra el virus en los países más pobres del mundo y para abordar las necesidades de las poblaciones más vulnerables, incluidas aquellas que se enfrentan a la inseguridad alimentaria.
METAS
2.1. Para 2030, poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas, en particular, los pobres y las personas en situaciones vulnerables, incluidos los lactantes, a una alimentación sana, nutritiva y suficiente durante todo el año.
2.2 Para 2030, poner fin a todas las formas de malnutrición, incluso logrando, a más tardar en 2025, las metas convenidas internacionalmente sobre el retraso del crecimiento y la emaciación de los niños menores de 5 años, y abordar las necesidades de nutrición de las adolescentes, las mujeres embarazadas y lactantes y las personas de edad.
2.3. Para 2030, duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores de alimentos en pequeña escala, en particular, las mujeres, los pueblos indígenas, los agricultores familiares, los pastores y los pescadores, entre otras cosas, mediante un acceso seguro y equitativo a las tierras, a otros recursos de producción e insumos, conocimientos, servicios financieros, mercados y oportunidades para la generación de valor añadido y empleos no agrícolas.
2.4 Para 2030, asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que aumenten la productividad y la producción, contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas, fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos, las sequías, las inundaciones y otros desastres, y mejoren progresivamente la calidad del suelo y la tierra.
2.5. Para 2030, mantener la diversidad genética de las semillas, las plantas cultivadas y los animales de granja y domesticados y sus especies silvestres conexas, entre otras cosas, mediante una buena gestión y diversificación de los bancos de semillas y plantas a nivel nacional, regional e internacional. Además de, promover el acceso a los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos y los conocimientos tradicionales y su distribución justa y equitativa, como se ha convenido internacionalmente.
2.A. Aumentar las inversiones, incluso, mediante una mayor cooperación internacional, en la infraestructura rural, la investigación agrícola y los servicios de extensión, el desarrollo tecnológico y los bancos de genes de plantas y ganado a fin de mejorar la capacidad de producción agrícola en los países en desarrollo, en particular, en los países menos adelantados.
2.B. Corregir y prevenir las restricciones y distorsiones comerciales en los mercados agropecuarios mundiales, entre otras cosas, mediante la eliminación paralela de todas las formas de subvenciones a las exportaciones agrícolas y todas las medidas de exportación con efectos equivalentes, de conformidad con el mandato de la Ronda de Doha para el Desarrollo.
2.C. Adoptar medidas para asegurar el buen funcionamiento de los mercados de productos básicos alimentarios y sus derivados y facilitar el acceso oportuno a información sobre los mercados, en particular, sobre las reservas de alimentos, a fin de ayudar a limitar la extrema volatilidad de los precios de los alimentos.
IMPORTANCIA
El hambre extrema y la malnutrición siguen siendo un enorme obstáculo para el desarrollo sostenible, hacen que las personas sean menos productivas y más propensas a sufrir enfermedades, por lo que no suelen ser capaces de aumentar sus ingresos y mejorar sus medios de vida.
En la actualidad hay casi 800 millones de personas que padecen hambre en todo el mundo y la gran mayoría en los países en desarrollo, por esta razón, un mundo con hambre cero puede influir positivamente en nuestra economía, así como en la salud, la educación, la igualdad y el desarrollo social general.
También podemos utilizar nuestro poder como consumidores y votantes, exigiendo que las empresas y los gobiernos tomen las decisiones y realicen los cambios que hagan posible lograr el objetivo del Hambre Cero, podemos participar, ya sea en las plataformas de las redes sociales o en nuestras comunidades locales.
El hambre cero es una pieza clave de la construcción de un futuro mejor para todos, además el hambre frena el desarrollo humano y por lo tanto no podremos lograr los otros Objetivos de Desarrollo Sostenible, como la educación, la salud y la igualdad de género sin procurar por este.
WEBGRAFÍA
ESTADÍSTICAS EN COLOMBIA
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DESNUTRICIÓN INFANTIL
El PND "Pacto por Colombia, pacto por la equidad" diseña acciones que contribuirán a poner fin al hambre extrema y la desnutrición. A 2022, se fijó como meta disminuir la tasa de mortalidad por desnutrición en menores de 5 años, de 6,8 a 6,5 muertes por cada 100 mil menores de 5 años.
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PLAN CONTRA LA DESNUTRICIÓN N1+
Desarrollo de la Ruta intersectorial de atención a niñas y niños menores de 5 años con desnutrición aguda, moderada y severa, iniciando su implementación en Vichada, La Guajira, Chocó, Guainía, Norte de Santander, Risaralda y Cesar.
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CAMPO CON PROGRESO